Viajes de pesca: ¿Es necesario salir de España para coger más peces?

Cada año, miles de españoles hacen las maletas para desplazarse a otros lugares en busca de peces, un paisaje diferente y experimentar la pesca con especies desconocidas en España. Es un turismo emergente y un mercado amplio, con posibilidades económicas de todo tipo y que cada vez se va implantando más como alternativa.

Hace cincuenta años, plantearle a un pescador la posibilidad de salir al extranjero para practicar su afición podía parecer casi un insulto. Entonces nuestros ríos gozaban de fama mundial y estábamos considerados como uno de los países trucheros por excelencia. El Ucero, en Soria mantenía una población tan sorprendente de estos peces que algunos estudios lo clasificaron entre los de mayor densidad a nivel mundial y a la provincia de León acudían de toda Europa cuadrillas de aficionados para pescar cualquiera de sus ríos, que aún hoy siguen siendo una leyenda.

Por entonces, los Pirineos, Gredos o Sierra Nevada eran cordilleras prácticamente vírgenes en lo que a gestión de su pesca se refiere, y cualquier jornada en sus arroyos podía convertirse en algo extraordinario con lo que soñar. Sin embargo, ahora nos hemos vuelto exigentes, nuestras fronteras se quedan cortas y las agencias de viajes han descubierto un filón al que muchos se apuntan atraídos por conseguir lo que aquí ya es complicado de lograr en unos casos, y por conocer las experiencias aventureras que nos proponen en otros.

¿Qué se busca en un viaje de pesca?

Probablemente nos encontramos en uno de los países con mayor variedad de especies pescables, que van desde los codiciados salmónidos (trucha y salmón) hasta otros peces introducidos y de gran deportividad como el lucio o el black bass. Los ciprínidos, otra de las familias más representativas con carpas y barbos, mantienen igualmente unas poblaciones bastante numerosas y en nuestro litoral existe una riqueza única en Europa debido a la cantidad de climas diferentes en la costa, que van desde las aguas más frías del Cantábrico hasta las temperaturas casi tropicales que alcanzan en Canarias.

Esto da lugar a un abanico para capturar de todo y barato, ya que la pesca sigue siendo de gestión pública y abierta a todo el mundo. Sin embargo, muchos han comenzado a notar el descenso de la calidad de la pesca en nuestro país y a ver cómo el tamaño de las capturas no es el de antes.

Este tipo de individuos son fundamentalmente los que responden al prototipo de la persona que viaja, caracterizada por un nivel adquisitivo medio o alto que le hace posible afrontar el gasto y unos grandes conocimientos de su afición que le permiten valorar la experiencia que se dispone a vivir. Busca, además, la experiencia de alojarse en un lodge de pesca.

España, país de trucha y salmón

España ha sido tradicionalmente un país de pescadores de trucha, y esa es, junto al salmón, la principal especie que salimos a buscar, principalmente por la calidad y la talla, pero también por la posibilidad que nos dan otras latitudes de capturar especies similares y mucho más combativas. Es el caso de los salmones que hay en Norteamérica o en los ríos de Los Andes. A la par que ésta, la pesca de altura ocupa un papel preferente entre las aficiones locales.

La posibilidad de tener grandes peces vela, marlines o atunes de varios cientos de kilos a bordo del barco es algo que engancha a menudo, y que se practica mayoritariamente en los países del Caribe, donde además y gracias a la amplia oferta, también se apuntan los que la descubren durante su periodo vacacional en familia.

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