¿Es realmente efectiva la pesca sin muerte?

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Muchos dudan todavía de que la pesca sin muerte consiga realmente recuperar el número de ejemplares de una masa de agua determinada, principalmente porque creen que el daño producido por el anzuelo en la boca del pez puede ser letal a medio plazo, a pesar de que en un primer momento éste no parezca sufrir lesiones graves o irreversibles.
Uno de los estudios más fiables que se han llevado a cabo en España para determinar estos riesgos es el que realizó Fernando Alonso, del Centro de Investigaciones Agrarias de Albadalejito, en la piscifactoría de Uña (Cuenca). En él quedó demostrado que tanto el tipo de anzuelo empleado como la modalidad (cebos naturales como la lombriz o señuelos artificiales como la cucharilla y la mosca) influyen en la mortalidad, aunque en ambos casos los índices de supervivencia son altamente satisfactorios y justifican de sobra la implantación de normas de este tipo.

El anzuelo y la pesca sin muerte

Dependiendo del tamaño, la pesca de truchas con un anzuelo considerado pequeño, como el número 16, y con uno medio —número 10—, ofreció un porcentaje de 0  y 2% de mortalidad, respectivamente, a los 10 días de haber sido extraídas de las aguas. En cambio, si se empleaban señuelos como la cucharilla, que posee tres anzuelos, el índice de mortalidad se triplicaba largamente, hasta un 6%. En cualquier caso, son resultados insignificantes si lo que se pretende es conseguir un fin como no mermar las poblaciones.
Caso aparte en este estudio es el que merece una modalidad muy restringida y regulada en nuestras aguas como los cebos naturales —para entendernos, con lombriz o insectos prendidos en el anzuelo—. Dadas las circunstancias con las que se practica, anzuelos generalmente pequeños, y la voracidad con la que el pez los engulle, las tasas de mortandad media ascienden hasta un 31%, lo que constató hace mucho tiempo que este tipo de cebos eran incompatibles con la nueva política que se quiere llevar a cabo.
Como conclusión de estudios, leyes y la experiencia acumulada, los resultados obtenidos en estos más de veinticinco años de pesca sin muerte en España son, al menos, esperanzadores; aunque no sorprendentes. Son muchos los factores que dañan a nuestros ríos y el hecho de que «la caña hace algo de daño» también hay que tenerlo presente, al menos en algunos cursos de agua determinados. Por lo menos, en lo que respecta a los pescadores ya se han tomado medidas consecuentes, que no perjudican en nada lo que ellos persiguen. No es otra cosa que mantener el río en las mejores condiciones, tanto dentro como fuera de las aguas.

Estudios sobre pesca sin muerte

Además del citado estudio de Fernando Alonso, es posible encontrar en la red un buen número de investigaciones y experimentos relativos a la efectividad de la pesca sin muerte o al uso de anzuelos sin arponcillo. Muchos de ellos tiene carácter local, especialmente en Estados Unidos, pero no por ello dejan de ser relevantes y un buen dato estadístico.
Estos son algunos ejemplos de estudios sobre pesca sin muerte, todos ellos en inglés. Para obtener más información basta con hacer una búsqueda con los términos “catch and release study”.
– http://www3.carleton.ca/fecpl/pdfs/Bartholomew%20Review.pdf
– http://www.myfwc.com/media/201169/clean_final_vs8a_3535.pdf
– http://www.atlanticsalmontrust.org/assets/files/HCA%20and%20PK%20on%20C%20and%20R.pdf
Y tú, ¿qué opinas sobre la pesca sin muerte? ¿Crees que ayuda a que haya más peces?

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