Cosas que no sabías de los tiburones

Pocos animales despiertan tanta fascinación como los tiburones. Salimos corriendo a ver el tanque de los tiburones cuando vamos a un acuario, imaginando un destino fatal si acaso nos topáramos con uno de ellos cuando nos damos un baño en el mar. Pero estos milagros de la naturaleza no son devoradores de hombres como nos han acostumbrado a creer. Los tiburones no comen gente.

La mayoría de los ataques de tiburones ocurren por accidente, sobre todo a surfistas, ya que el tiburón puede confundir las quillas de las tablas con focas o cualquier otra presa que sí está dentro de su cadena alimenticia. Y si por mala suerte te muerde un tiburón, no te morderá una segunda vez al comprobar que no eres un animal marino.

Las estadísticas de ataques de tiburón a humanos son tan bajas que es mucho más probable es que te muerda otra persona antes que un tiburón. Ciertamente, se trata de uno de los depredadores más eficientes y temibles que han existido, pero son ellos quienes deberían temernos a nosotros. Los seres humanos matan a 73 millones de tiburones cada año.

También los matan por sus aletas ya que en Asia las han popularizado como una comida gourmet, o por sus cartílagos supuestamente dotados con propiedades anticancerosas. A pesar de los rumores que indican lo contrario, el cartílago de tiburón no reduce el crecimiento de los tumores en los seres humanos y puede tener efectos secundarios negativos. Es un mito que los tiburones curan el cáncer.

Como cualquier otro depredador, sólo siguen sus instintos. Son cazadores por naturaleza, pueden ser muy peligrosos, y uno no debe acercarse sin estar preparado y entrenado a lidiar con animales salvajes. No debemos verlos como un monstruo al que hay que exterminar, sino como a una especie fascinante que merece ser protegida y conservada.

 

Los tiburones tienen una vista privilegiada

Durante años se pensó que eran ciegos, pero están dotados de sentidos extraordinarios: pueden sentir el movimiento de una presa, perciben impulsos magnéticos y son sensibles a longitudes de onda que les permiten detectar movimientos y animales cerca de ellos. Por eso se llegó a pensar que no necesitaban realmente el sentido de la vista ya que son unos radares biológicos.

Resulta ser que tienen una de las mejores vistas del reino animal. De hecho, la estructura de sus ojos es casi idéntica a los de los humanos, sólo que en el caso de los escualos más grandes, hasta cinco veces más grandes. Tienen una amplitud de visión de 360° y un cristalino cuyo poder de enfoque es similar al nuestro. Por si fuera poco, ¡pueden ver en la oscuridad!

Un gran Tiburón Blanco fotografiado en Sudáfrica.

Como los gatos, tienen una membrana de cristales reflejantes detrás de su retina. Cuando hay poca luz, esta membrana es capaz de rebotar la luz desde atrás hacia la retina, produciendo un efecto parecido a los lentes de visión nocturna.

¿Y si hay mucha luz qué pasa? Pues delante de esta membrana tienen un revestimiento de células pigmentadas que se oscurecen o aclaran de acuerdo a la intensidad de la luz, filtrando su paso hacia la superficie reflejante cuando no hace falta esta amplificación. Un equipo envidiable: filtro UV y visión nocturna naturales. Pero todo tiene su precio. Unos ojos tan sofisticados son delicados, por lo que los ojos del tiburón constituyen su talón de Aquiles, su punto más débil.

Cualquier presa que quiera defenderse de un tiburón podría neutralizarlo si contraataca a sus ojos. Los tiburones blancos pueden hacer girar sus ojos sobre sí mismos y ocultarlos dentro de la cavidad ocular para protegerse, y de hecho hacen esto justo instintivamente cuando atacan. Pero hay más. Los peces no tienen párpados que protejan sus ojos, pero sí una membrana cristalina que puede cubrirlos en sentido horizontal llamada membrana nictante.

Los tiburones tienen no una, sino tres membranas nictantes: la lateral que se mueve en sentido horizontal y otras dos superior e inferior, que simulan los párpados de los animales terrestres. Esto les daría a los tiburones la facultad única de, literalmente, cerrar sus ojos. Sin embargo, quizás debido a un instinto ancestral de los peces, no sienten la necesidad de cerrar los ojos para dormir. Al igual que el resto de los peces, los tiburones siempre tienen los ojos abiertos.

 

Si hay más pulpos es por ellos

¿Te gusta comer langosta? Pues agradécele a los tiburones que haya más en el mar. A ellos les gusta más comer pulpo y son su principal depredador. De no ser por los tiburones, habría tal cantidad de pulpos que no habría langostas para nosotros, ya que éstas son el alimento predilecto de los octópodos.

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Pueden tener crías sin reproducirse con machos

¿Sabías que se han dado casos de reproducción asexual en tiburones? Dos casos documentados por tratarse de tiburones hembra en cautiverio así lo prueban: Leonie, en Australia, y Tidbit, en Estados Unidos. Ambas en cautiverio y sin contacto alguno con machos sorprendieron a todos los biólogos y científicos al haber tenido crías.

Los casos siguen siendo estudiados y se atribuye a una hormona que es capaz de producir el desarrollo de los óvulos de las hembras sin células reproductivas masculinas. Habría que ver si las hembras de tiburón tigre son capaces de la misma hazaña: esta especie tiene dos úteros, lo que les permite gestar simultáneamente varias crías a la vez.

 

El tiburón más grande y el más pequeño

tiburón pigmeo, Euprotomicrus bispinatus

Tiburón pigmeo, Euprotomicrus bispinatus, de las especies más pequeñas.

El pez más grande del mundo es el Tiburón Ballena, que puede llegar a medir 12 metros de largo. Lo insólito es que es totalmente inofensivo, no es un depredador y se alimenta de plancton.

Al contrario, el Tiburón Pigmeo, uno de los más pequeño del mundo de apenas 15 centímetros de longitud, es un feroz depredador de crustáceos. Este curioso animalito es, además, luminiscente. Puede emitir una luz azulada que le sirve de camuflaje al nadar en mar abierto.

 

No son escamas, sino ¡dientes!

Los tiburones no tienen escamas. Sin embargo, su piel está cubierta de una malla protectora compuesta de… ¡diminutos dientes! Si, son pequeñas estructuras cubiertas de dentina, el mismo revestimiento de los dientes. Esta “armadura dental” es lo que da a la piel de tiburón esa textura similar a la de un papel de lija.

 

No pueden parar de moverse

Ciertas especies de tiburones -como el gran Tiburón Blanco- se ahogarían si paran de moverse. Estos escualos carecen de los músculos necesarios para bombear el agua a través de sus bocas.

Pueden vivir en ríos con agua dulce

Si alguien te ha contado que vio un tiburón nadando en un río o en un lago de agua dulce, probablemente te dice la verdad: muchas especies pueden adaptarse a ella, y en algunos casos llegan incluso a tragar grandes cantidades de agua para orinar a su alrededor y nadar en aguas dulces.

No es extraño tampoco que algunas especies de tiburones se pesquen en zonas de agua dulce muy alejadas del mar, no sólo estuarios, sino ríos situados a decenas de kilómetros de la desembocadura. prueba de ello es este famoso vídeo de un tiburón que asusta a dos pescadores.

¿Quieres adoptar un tiburón?

¿Y por qué no adoptar un tiburón? Existen muchas páginas web dedicadas a la protección de estas especies donde puedes literalmente adoptar un ejemplar, ponerle nombre y recibir fotos y videos personalizados. Al animal seleccionado se le implanta un dispositivo rastreador para poder saber dónde está, si está bien o si corre peligro.

El dinero que hayas invertido en él será usado para su protección, conservación y cuidado. Puedes probar en sharktrust.org o en la Fundación Malpelo.

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