Street fishing: dónde pescar en ciudades españolas

España nunca ha sido un país en el que fuese fácil ver pescadores en los ríos de las grandes ciudades. Y no es porque no haya aficionados, sino más bien porque durante años hemos estado acostumbrados a que nuestros cauces atravesaran las urbes con un extraño color, un exceso de contaminación y un sinfín de colectores que desembocaban en el río. Con un panorama así ni el más forofo de los pescadores podía tener ganas de echar la caña.
Afortunadamente, desde hace una década las cosas están cambiando: los ríos vuelven a recuperar sus colores naturales, se cuidan los márgenes para intentar devolver algo de vida a las orillas y, lo que es más importante, se vuelven a ver peces en la ciudad. Sólo hace falta ahora que se protejan y se mantengan sus poblaciones, ya que ver a gente pescando entre viviendas es una imagen inmejorable para comprobar el buen estado de salud de nuestros ríos.

Puestos de pesca en el río Manzanares de Madrid o el Guadalquivir en Sevilla

Sin embargo, este tipo de pesca también se ha visto muchas veces relegado a un segundo plano por un tema de vergüenza: «Yo no pesco en la ciudad porque todo el mundo va a estar mirando….», «No me apetece que la gente se ponga a mi lado a preguntarme cosas…». Para el que sea celoso de su intimidad o entienda la pesca como algo más personal, que incluya adentrarse en la naturaleza, no hay objeción. Pero para muchos otros pescar en la ciudad es una solución ante la escasez de recursos para viajar o para moverse si adolece de algún impedimento físico.
El street fishing poco a poco gana adeptos en los núcleos urbanos. Hoy en día la pesca es ya un hecho y algo arraigado en ciudades como Sevilla, donde se pescan ciprínidos, basses y hasta lubinas; Madrid, que lentamente va recuperando su río Manzanares a la altura del puente de los Franceses con decenas de puestos y donde el ayuntamiento tiene instalado paneles donde te informan de la población de peces en tramos concretos (tantos ciprínidos, tantos lucios…).
Y ni que decir de otras ciudades más pequeñas donde se han estudiado o puesto en marcha cotos de salmónidos, caso de Burgos o León. Se ha demostrado que, con un poco de esfuerzo, es posible recuperar la fauna ictícola en cualquier lugar: sólo es cuestión de poner los medios y darle tiempo a la naturaleza para recolonizar sus hábitats.
En países como Francia o Japón el «street fishing» es incluso una moda, llegando a ver habitualmente a gente con su caria y sus aperos de pesca en el metro. Por poco más de un euro en transporte muchos ven satisfechas sus ansias, cuando muchas veces tenemos que resignarnos a no pescar por carecer de alguien con quien compartir los gastos de la gasolina para llegar a otros lugares o, simplemente, no nos apetece hacerlo solos.
Llegar a imaginar un día en el que la pesca pueda formar parte de la rutina diaria (como ir al gimnasio o hacer la compra) es un anhelo de muchos. Intentemos pues que la pesca se haga un hueco entre las prioridades de los ayuntamientos y pongan facilidades para ello. Con ello ganaremos todos: los ríos, los pescadores y los tramos más deteriorados del «campo» que se ven a menudo masificados.
¿Conoces algunos tramos de pesca en ciudades grandes del mundo que sean interesantes? ¿Qué te sorprendió de ese río cuando fuiste de viaje a aquella ciudad?
Foto: José María Cuellar

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