
Actualmente se establecen criterios específicos para saber si un humedal merece ser declarado de interés y valor ecológico. El principal de todos ellos es el que valora que sean «representativos, raros o únicos», pero también el que se basa en las especies y comunidades ecológicas que alberga.
Si son vulnerables, están en peligro de extinción o amenazadas, se pueden sentar las bases necesarias de protección. Lo mismo ocurre cuando el humedal «sustenta poblaciones de especies vegetales o animales importantes para mantener la diversidad biológica de una región biogeográfica determinada» o éstas «se encuentran en una etapa crítica de su ciclo y les ofrece refugio cuando prevalecen condiciones adversas». Las aves acuáticas y los peces son, por otro lado, el gran campo de batalla en el que se lucha para salvar zonas húmedas.

Las marismas de Doñana, uno de los espacios naturales con mayor protección de España.
Foto: Yolanda López Carrillo.
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