Están por todos los océanos del mundo. Su extraña apariencia puede hacer sobresaltar a más de uno del susto. Los lanzones, conocidos bajo el nombre científico de Alepisaurus ferox, que quiere decir “lagarto de escamas”, son atrapados frecuentemente por los pescadores de atún y debido a que su valor comercial es totalmente nulo, son considerados prácticamente como una molestia.
Y es que su composición física está hecha prácticamente de agua en sus músculos, por lo que no está considerado un pez de calidad para el consumo humano. Quienes la han probado describen la carne de esta criatura marina como gelatinosa.
Esta bestia puede crecer hasta 6 pies de largo y tiene un cuerpo en forma de torpedo, encontrándose tan profundo como a 1.600 metros. Posee una aleta dorsal muy alta, similar a un pez vela o una aguja y una boca gigantesca diseñada para engullir presas. Los lanzones se alimentan principalmente de otros peces, calamares y crustáceos. Asimismo, se considera que estos seres marinos probablemente no sean nadadores rápidos y que tengan que apelar a la emboscada para atrapar a sus presas.
Como dato curioso, la Armada de Estados Unidos construyó un submarino que llevaba por nombre El Lanzón, durante la Segunda Guerra Mundial, pero se hundió accidentalmente en Boston.
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