Todo lo que tienes que saber para pescar el hucho o salmón del Danubio en España

Si exceptuamos al siluro, al lucio y al cada día más escaso salmón atlántico, el hucho se puede considerar la mejor opción de hacerse con un pez de más de 10 kilos en agua dulce en España. Pero su relativa abundancia, la firmeza con la que entran a los señuelos y la encomiable lucha que ofrecen entre las corrientes del río Tormes son todavía un privilegio reservado a muy pocos, tan sólo aquellos que pueden pescar el único coto que hay en todo el país.

Cómo pescar el hucho, un pez madrugador

La densidad de huchos es alta, lo que ha llevado a que en las últimas temporadas el nivel de capturas sea muy elevado, y el hecho de sacar una docena de peces por encima de los 60 cm está dentro de lo normal. Siguiendo las pautas y los comportamientos de este animal madrugador, que tiende a alimentarse una vez al día y que rehuye del calor, las posibilidades de éxito son grandes.
Hoy en día pescar un hucho es una opción con la que sueñan muchos aficionados, que en muchos casos desconocen el origen de este pez más emparentado con los «taimen» asiáticos que con las truchas, y que como todas las especies tiene sus problemas, un depredador que va a menos como el lucio y la amenaza de los vertidos.
Por eso el primer consejo inevitable es madrugar. Tanto como te permita la normativa, esto es, estar en el río una hora antes del amanecer. Las posibilidades de pescar un hucho o salmón del Danubio a primeras horas del día son muy altas, ya que es entonces cuando aprovecha para cazar. Una vez ha comido es muy difícil que se decida a atacar otra presa, excepto cuando se encuentra en época de freza, de modo que no conviene perder esa oportunidad.
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El tamaño que alcanza el hucho es uno de los mayores en peces de agua dulce en Europa.

Un salmón “sólo” de agua dulce

El salmón del Danubio pertenece al género Hucho de los Salmónidos, con rasgos muy similares y cercanos a los de la familia «Salvelinus». Ambos están caracterizados por unos dientes del vómer que forman con los palatinos un arco, continuo y alargado. El cuerpo del Hucho hucho se distingue por tener sección semicircular y una cabeza prominente que llama la atención por ser fuerte y corta.
El cuerpo, bastante estilizado, presenta una tonalidad ocre rojiza más cobriza en los flancos que puede variar a verdosa, todo él salpicado de las características pintas de los salmónidos. Sus dimensiones pueden llegar hasta los 2 metros y 50 kilos de peso, aunque en España no superan los 12 kilos.

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Requerimientos mínimos de oxígeno y temperatura

Su hábitat original se ubica en el río Danubio y afluentes entre los 200 y los 900 metros de altitud, estando presente de manera natural en Austria, Bulgaria, Alemania, Hungría, Italia, Rumanía, Eslovaquia, Suiza, Ucrania y Yugoslavia. Al igual que en España, también se ha introducido en Francia, Suecia, Polonia y Marruecos.
Para poder hacerlo hay que buscar cauces de tramos medios con gran caudal donde se mantengan unos requerimientos mínimos de oxígeno y temperatura. Los huchos soportan hasta los 20-22 grados en verano y los 4 grados en primavera, el momento más crítico y en el que pueden morir los alevines nacidos en esa temporada si las temperaturas bajan en exceso. A diferencia de otros salmones, no emigra al mar para reproducirse y tampoco realiza grandes desplazamientos en el río, tan sólo cuando asciende en busca de lugares donde frezar.

¿Por qué el hucho en el Tormes?

La posibilidad de pescar esta especie en España se debe al ingeniero de Montes y biólogo Carlos Mondéjar. En los años 50, el hucho se encontraba en regresión en Europa, y diversos estudios afirmaban que no era posible su aclimatación en otras cuencas fuera del sistema fluvial del Danubio. Motivado por estas afirmaciones, el técnico español se propuso estudiar el hucho mediante viajes a los países del Este.
Una vez confirmadas las probabilidades, en 1968 se envió desde la antigua Checoslovaquia una partida de 20.000 huevos embrionados que se dividieron a partes iguales con dos destinos: la piscifactoría de El Veral en La Coruña y el canal de la central de Mirat en el Tormes. Los primeros, una vez que nacieron los alevines, se soltaron en el río Miño con nulo éxito de reproducción.
Mientras, los huevos llegados al Tormes eclosionaron al día siguiente, y cuando los peces alcanzaron el tamaño adecuado se introdujeron en el río, guardando una parte en el canal habilitado. En los años siguientes -1969 y 1970- repitieron la operación de traslado de un país a otro con éxito mientras se realizaba un minucioso seguimiento de su aclimatación, que dio como resultado la pesca del primer hucho en 1972 con un peso de 6,2 kilos y 83 cm.
Las temporadas siguientes demostraron a su vez la existencia de una pirámide poblacional estable que llevó a la apertura del actual coto en 1978. Tres años más tarde se inauguró el Centro Ictiogénico de Galisancho donde se crían y reproducen actualmente los huchos.
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Un hucho, conocido como taimen en Asia.

El hucho en el coto de Villagonzalo II

El futuro del salmón del Danubio hoy es tan estable como incierto. Sus principales amenazas son la contaminación y el furtivismo. En el primer caso parece salir bien parado, puesto que el tramo del Tormes donde se ubica el coto tiene una calidad de agua aceptable según los últimos estudios realizados, aunque la proliferación de cultivos de maíz y abonos cargados de nitratos así como de la industria chacinera se deja notar, especialmente en los meses de menor caudal.
El lucio, que durante mucho tiempo ha sido su principal depredador, ha reducido su densidad considerablemente. Por contra, las fuentes de alimento se han incrementado con la presencia de alburnos, que han llegado al río de manera indeterminada.

 

Mayo es el mejor mes para pescar el hucho

El futuro del salmón También a estas horas nos podemos camuflar mejor y, por supuesto, se evita las de calor, que son las peores. Tanto para los salmones del Danubio, que pasan entonces a apostarse sin apenas actividad, como para el pescador, que puede sufrir los rigores del verano. Al final del día, justo antes del anochecer, se repite la historia: los huchos vuelven a picar.
Otra premisa importante es saber que según avanza la temporada disminuyen los mejores momentos de pesca. El mes escogido es sin duda mayo, porque la temperatura es más templada y los huchos llevan meses sin ver señuelos en el agua, además de porque avanzado el verano habrá menos y más resabiados peces. Para buscarlos, hay que conjugar algo de las técnicas de la trucha y del salmón Atlántico. Este pez tiene un poco de ambos y hábitos muy específicos que hacen que un pescador inexperto pueda pensar que no hay nada en el río.

Las mejores zonas para el hucho

No se ha de lanzar a cualquier lugar, sino buscar sus ubicaciones preferidas, las corrientes de cierta profundidad y los pequeños obstáculos tipo ramas, troncos varados y, a tener en cuenta, las proximidades de los muros de acequias o azudes. El hucho también se refugia en las zonas más paradas del río, y no resulta extraño conseguir bastantes ejemplares en zonas aparentemente muertas y donde en circunstancias normales no se lanzaría nunca.
En verano el caudal del Tormes -el único río donde el hucho habita de la Península Ibérica- baja considerablemente y se producen muchas captaciones para el riego. Entonces conviene centrarse en las corrientes que queden y los puntos donde se puedan oxigenar los peces. Los meses de pesca coinciden además con la presencia más que abundante de ovas por todo el río, tantas que en algunos tramos parecen tapizar la superficie del agua.
La realidad es que pueden suponer un incordio para vadear, pero la pesca entre los canales que forman supone una de las experiencias más excitantes con esta especie, que también las aprovecha para refugiarse y acechar a sus presas.

Cómo es la picada del salmón del Danubio

La picada es tenue, casi imperceptible en un primer momento, aunque se trate de un pez de 10 kilos. Por eso hay que mover los señuelos de manera lenta y dándole tiempo a que se decida. Una vez que ha comido, lo primero que se nota en la caña es cómo la línea se destensa unos instantes y hay unos segundos en los que se curva progresivamente, notando el peso del pez. Ese el es tiempo que tarda el hucho en dejarse llevar corriente abajo para defenderse.
Éste es un pez que no se rinde y que juega con la ventaja de las numerosas corrientes que hay en este tramo junto a los continuos cabezazos que realiza para desprenderse del señuelo. La mayor parte del combate se hace frente a los ojos del pescador, en superficie, por lo que la templanza es una de las virtudes más importantes. Un truco muy efectivo de minimizar los riesgos es valerse de las ovas para frenar la huida y los aspavientos del hucho. Una vez clavado, conviene intentar llevarlo hasta alguna mata de algas donde quede varado para así acercarse lentamente y con más seguridad. Después, sólo resta medirlo, comprobar si alcanza los 70 cm y seguir disfrutando de la pesca si no da la medida.

El equipo para el hucho

Aunque se puede pescar con todas las técnicas y cebos permitidos, el lance ligero es con diferencia la más productiva de todas. También se pescan huchos a mosca y entran bien a estrímeres tipo minnow o wooly bugger, pero tienen el inconveniente de que podemos prospectar menos metros en un río tan ancho como éste, donde existe la posibilidad de realizar lances largos. Unos buenos consejos antes de pescar podrían ser:
Caña. No te arriesgues a pescar fino, porque puedes partir una caña si un pez de 10 o 12 kilos decide comer. Lo habitual son capturas de tres a cuatro kilos muy luchadoras, por lo que conviene hacerte con una caña de 2,10 o 2,40 metros lo suficiente potente como para aguantar una dura pelea de varios minutos contracorriente y capaz de lanzar señuelos medianamente pesados de 15 o 20 gramos.
Hilo y carrete. Lo habitual es usar nailon del 0,28 o 0,30 mm que sea capaz de aguantar siete u ocho kilos sin problemas y un carrete que pueda albergar más de 100 metros de este hilo pero, sobre todo, que tenga un buen freno con el que regular la línea según trabajamos el pez.
¿Cable de acero? No es necesario, aunque se puede poner para más seguridad, así como algún bajo trenzado. Siempre existe la posibilidad de que entre algún lucio y lo rompa todo, pero aún así no es conveniente.

Los mejores señuelos

Los mejores son los peces artificiales en tamaños 9 a 15 cm  en colores de peces presa o trucha, así como los que imitan a pequeños lucios, que también forman parte de la dieta del hucho. Las grandes cucharillas son la otra opción, en número 4 o 5 de las que se suelen emplear para el lucio, con lana roja, o el salmón como las Mepps o las Vibrax.
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Cucharillas para el hucho.

Para ir sobre seguro te detallo algunos modelos concretos depecescon los que yo he pescado y que me han dado bastante éxito. Son, por otra parte, unos clásicos para la pesca del hucho y que debes tener sí o sí en el chaleco de pesca cuando tengas la suerte de conseguir un permiso para este coto. Tienes a continuación también los enlaces para comprarlos en Amazon si no estás seguro de encontrarlos en otra tienda de pesca
Comenzando con los peces artificiales, la mejor recomendación para ir sobre seguro es el Rapala Jointed, un señuelo articulado clásico de la marca. Este modelo tiene cinco tamaños diferentes, pero debes quedarte con los más grandes, de 9, 11 y 13 cm, que tienen una profundidad de natación de entre 12 y 17 cm. Gracias a la madera de balsa con la que está fabricado te permite realizar una pesca en la superficie moviéndolo a bajar velocidad, o cerca del fondo del río al recoger más vivamente. Es polivalente.
Entre los colores la selección se reduce a dos tonos que son los preferidos del hucho. Te aconsejo que te limites a estos entre la docena de tonos que hay en catálogo y así no perder tiempo probando unos y otros. Por un lado debes hacerte con el Rapala Jointed color trucha común, que imita una de sus presas del río Tormes y de cualquiera otro donde habite este pez.
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Rapala Jointed en color trucha común.

El otro señuelo indispensable es el mismo modelo en otra librea, el Rapala Jointed color silver, que imita muy bien a otros peces de los que se alimenta, concretamente los alburnos y cualquier tipo de pequeño ciprínido tipo boga. Aligual que con el color trucha, los tamaños grandes (9,11 y 13 cm) tienen muchas más posibilidades de éxito. Ten en cuenta que tus objetivos son peces que pueden rondar el metro de longitud y que engullen habitualmente presas grandes.
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Rapala Jointed color silver.

Datos básicos del coto de Villagonzalo II

Por último, conviene tener en cuenta una serie de datos básicos antes de iniciar la jornada de pesca:
• Nombre del coto: Villagonzalo II
•Licencia: Castilla y León
• Longitud del coto: 6 km
• Cupo: 1 hucho
• Medida mínima: 70 cm
• Época hábil: Comienzos de mayo al 31 de agosto
• Días hábiles: Jueves, sábados, domingos y festivos
• Número de permisos diarios: 16

Los pescadores esperan más

Por todo ello el Tormes se ha convertido en una reserva natural para esta especie, que ya se reproduce de forma normal, de ahí que el coto de Villagonzalo II sea un tramo de especial interés.
En estos momentos la asociación Pro Hucho es una de sus fieles defensoras y trabaja para mantener la calidad del río y potenciar la presencia del pez en otros lugares, ya que diversos estudios han demostrado que aunque se trata de una especie alóctona no ha producido alteraciones negativas en el ecosistema como otros peces exóticos.

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